Órdenes Sagradas

Un llamado a vivir para Dios y los demás

¿Qué son las Sagradas Órdenes?

El Orden Sagrado es un sacramento por el cual obispos, presbíteros y demás ministros de la Iglesia son ordenados y reciben el poder y la gracia para desempeñar sus deberes sagrados. De esta manera, la misión confiada por Cristo a sus apóstoles continúa ejerciéndose en la Iglesia hasta el fin de los tiempos: es, por tanto, el sacramento del ministerio apostólico. Comprende tres grados: episcopado (obispo), presbiterado (sacerdote) y diaconado (diácono).


El sacerdocio es necesario para que los fieles reciban los sacramentos de la Iglesia instituidos por Cristo para traernos la gracia. Es un deber sagrado para los hombres de bien y de virtud. Si alguna vez has considerado ser sacerdote, pídele a un sacerdote de confianza que sea tu director espiritual.

Para quienes no pueden ser sacerdotes, es nuestro deber ayunar y orar por el clero. Las familias deben fomentar las vocaciones hablando con sus hijos sobre la importancia de los sacramentos para la salvación y la santificación del mundo, y el papel especial del sacerdote al brindarnos la oportunidad de recibirlos.


La ordenación sacerdotal es siempre una llamada y un don de Dios. Cristo recordó a sus apóstoles que debían pedir al Dueño de la mies que enviara obreros a la cosecha. Quienes buscan el sacerdocio responden generosamente al llamado de Dios con las palabras del profeta: «Aquí estoy, envíame» (Is 6,8). Este llamado de Dios se reconoce y comprende a partir de las señales diarias que revelan su voluntad a quienes están encargados de discernir la vocación del candidato.

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